Félix Albo | #lunesdeperita: MADOR
página del artista félix albo
teatro, félix albo, félixalbo, narración oral, narración, monólogo, mellados, humor, ternura, mediterráneo, cómico, soliloquio
28494
post-template-default,single,single-post,postid-28494,single-format-standard,ajax_fade,page_not_loaded,,select-theme-ver-1.6,wpb-js-composer js-comp-ver-4.3.4,vc_responsive,elementor-default,elementor-kit-29403
 

#lunesdeperita: MADOR

#lunesdeperita: MADOR

#lunesdeperita
Cada semana una nueva historia rondando a una palabra concreta.

 La definición la tomamos de la página oficial de la rae.es.

Si te gusta, compártela con quien creas que le puede interesar.

 Es para ti, para mí, para quien tú quieras.


 MADORperita.face_

(Del lat. mador, -ōris).
1. m. Ligera humedad que cubre la superficie del cuerpo, sin llegar a ser verdadero sudor.

RASO .félixalbo

Me tumbo.
Mi cuerpo queda desnudo bajo la noche. Coloco mis huesos buscando estar cómodo. Cierro los ojos. Respiro profundamente una, dos; varias veces.
Abro los ojos y miro con asombro. Las estrellas están todas sobre mí. La noche parece pintada, negra. La luna aún no ha salido y por eso, las estrellas parecen estar de fiesta.
Sonrío ante tante belleza. Belleza. Belleza que me lleva a ti.
Te recuerdo mientras mi cuerpo se eriza. Lo noto en los brazos, sobretodo en los hombros. Pienso en tus ojos. Te miro despistada, distraída mientras un mechón de tu pelo juega con la luz que entra por la ventana del estudio. De repente me miras. Sigo viendo las estrellas, pero miro cómo me miras con admiración, con deleite. Estás bellísima. Más ahora que sonríes como sin saber que así revolucionas mi palpitar.
Me fijo en una estrella. A lo lejos, parece querer brillar más que las demás, en un tono azulado, quizá verdoso, quizá ambos. No sé qué estrella será. No me entretengo en buscar alguna constelación de referencia porque prefiero centrame en tu nombre. Tu nombre que siempre me calma. Lo nombro sin voz y me gusta cómo suena. Paladeo letra a letra tu nombre como si al hacerlo te besara. Quizá por ello sin ser consciente lo susurro, como queriéndote cerca aún sabiendo que no estás aquí. Te susurro y sonrío de nuevo.
Pienso en tus labios, en tu voz, en tu boca, mientras sigo pensando en tu nombre y deseo un beso. Veo que te levantas y me entretengo en tu cuerpo. Noto como si el viento te acariciara, suave, delicado, tierno. Siento que soy el viento que te acaricia y me entretengo. Estoy excitado. Abrazado por la noche y sumergido en el deseo, recordándote, mirándote, disfrutándote de lejos y también de cerca, detalle a detalle.
Una brisa sopla y me refresca. Mi cuerpo está húmedo. Sale la luna. Brillo.
Quizá sea su reflejo. Quizá sea mi deseo. Quizá solo sea tu recuerdo.

Sensualidad. Las noches de primavera transpirar pura sensualidad. 
Solo hay que fijarse, predisponerse, querer.
Solo hay que escuchar cómo latimos por dentro, cómo soñamos por fuera.
Solo hay que haber leído a Neruda de joven, a Salinas, a Lope, aún sin entenderlos.
Haber jugado a ser Benedetti, o Borges. Haber cantado a Milanés, a Silvio, 
a Serrat con su Hernández o con su Machado. A Sabina, a Aute, a la fiesta de Janis.

Solo hay que haber amado sin miedo, aunque no haya salido bien del todo, o nada.
Eso basta. 
Solo hay que tener claro que lo hecho hecho está, bien o mal, y ahora toca dejarse llevar.
Toca dejarse invadir, seducir, sentir. Toca. Ya.
Es primavera y, de aquí a muy poco, llegará la noche más corta.

Feliz lectura.
Feliz semana.
Feliz primavera.

Félix Albo

Comentarios

cuenta, cuenta...

No Comments

Post a Comment