#lunesdeperita · lañador
#ldp · LAÑADOR
De lañar.
1. m. Hombre que por medio de lañas o grapas componía objetos rotos, especialmente de barro o loza.
MARTINA · félixalbo
A la casa de Hidalgo y Martina venían gentes de todas las comarcas linderas con Islababel. En su carros o espaldas portaban cántaros, zafas, lebrillos y tinajas, algunas enormes. Y también les traían cazos, cazuelas, botijas, platos y soperas, pero las vajillas menores solo las aceptaban si tenían poca faena; eso era nunca. Las traían con grietas, huecos, poros o agujeros tremendos. A la pareja le daba igual. Siempre podían sanarlo.
Martina e Hidalgo se conocieron de críos y no se separaron nunca. Gozaban de llevar vida, cantar y trabajo entre los dos.
Él llevaba la huerta, la cocina y la guitarra. También movía con ligereza y extrema cautela cada pieza de barro frágil. Martina era quien llevaba la casa, las aves, la leña y la zambomba. Y se metía entera, media, brazo o mano en cada uno de los cacharros para palpar y calibrar con precisión qué tipo de herida guardaba el alma del barro.
Él preparaba las grapas, las lañas de hierro, cobre y piel, según le indicara Martina. Ella recomponía pedazos, como piezas de puzzle, preparaba las resinas, las barbotinas, las piedras de calor. Y entre los dos celebraban esa cirujía antigua de cosido y cicatrizado de las rendijas y quiebros de la arcilla cocida.
Cobraban lo justo para vivir. Tan justo, que la gente quedaba tremendamente agradecida y les agasajaba con mieles, huevos, berzas, carnes de ave y panes cada vez pasaran cerca de la casa. Hubo quien lo hizo durante años.
Una tarde de otoño, Hidalgo, cortando varas de chopo se tajó profundo el vientre.
No tenían caballo, ni modo alguno de quebrar la letanía del tiempo que pesa sobre los montes.
Hidalgo llegó casi sin vida a los brazos de Martina, quien se deshizo en prisas y ungüentos, y lágrimas, y cantos, y amores. Poco podía hacer.
La desesperación le hizo gritar dos veces rompiéndose la noche, pero ni consuelo encontró.
Dos días tardaron en encontrarlos.
A ella echada sobre el costado de él, tomándole de la mano, con un gesto dulce en su rostro.
A él, con el cuerpo desnudo, y un tajo en el vientre perfectamente cosido con grapas de hilo de tripa de cordero y jabalí. También guardaba dulzura en su sonrisa.
Martina lo intentó. Con toda su sabiduría, su fe y todo, que era mucho, todo su amor. Pero no; ellos no estaban hechos de barro. Y cuando a uno se le fue la sangre y a la otra el amor, quedaron muertos y juntos.
Es desde entonces, dicen, que todas las tinajas, vasijas y cántaros de barro de Islababel, las noches de luna muerta dejan pasar por sus poros estancos algo de lo que guardan.
Está llorando -dice la gente del valle.
Esta noche hay que ponerle un plato, que la vasija está llorando.
#lunesdeperita · cada semana una nueva historia rondando a una palabra concreta
la definición la tomamos de la página oficial de la rae.es La palabra es de algún texto leído, o susurrada por el viento, o leída en el twitter de @raepoetica, Es para ti, para mí, para quien tú quieras. Compártela con quien creas que le puede interesar.
La ficción es un espacio de libertad, sin medida, sin doma, sin culpa, sin sentido o quizá con mucho más que la propia realidad. #Abrazosacapazos. Félix Albo P.D. la semana que viene más. P.D.1. la de la semana anterior aquí.
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