Félix Albo | #lunesdeperita · GIS
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#lunesdeperita

Cada semana una nueva historia rondando a una palabra concreta.

 La definición la tomamos de la página oficial de la rae.es.

La sugerencia de la palabra de algún texto leído, o susurrada por el aire o leída en el twitter de @raepoetica,

 Es para ti, para mí, para quien tú quieras.

Compártela con quien creas que le puede interesar.


perita.face_

GIS

Del lat. gypsum ‘yeso’.

1. m. clarión.

(por si no sabes qué es clarión…)


TIZA · félixalbo

En la casa de mis abuelos había dos pizarras de piedra. Una en la entrada. Por fuera. En la calle.

La otra junto a la lumbre.

En la de fuera mis abuelos escribían las cosas que no les gustaban de su vida; de la propia y de la compartida. Nombres de personas, motes, hechos o animales.

El viento, la lluvia y el tiempo las borra pronto -decía mi abuelo-. Y además lo malo queda fuera de casa.

En la de dentro había siempre un corazón de trazo fuerte y blanco tan grande como la pizarra. Yo siempre lo recuerdo así. Dentro de él también se escribían nombres, lugares, o incluso, por ejemplo arroz, cuando a mi abuela le salía como para relamer el plato y los labios.

Aquí lo bueno queda resguardado de todo -decía mi abuelo- y tarda mucho más en borrarse.

Era frecuente verles repasar el corazón, siempre blanco y firme. Nunca juntos. A veces a mi abuela, en silencio; a veces a mi abuelo canturreando.

Repaso el corazón y así el recuerdo del caminar junto a tu abuela, y esta suerte de amar y ser amado -me decía con los ojos mirándome como queriendo decir más con ellos que con la voz. Y lo hacía, porque yo era niño y de niños somos más de mirar que de escuchar. Y más de soñar que de creer.

Mi abuela murió dos años después de dejar de conocer a mi abuelo. Su última palabra escrita en la pizarra, cuando aún se vestía sola y recordaba quién era, fue Canelo, que era un perro que le lamía la mano siempre.

En la pizarra de la calle no hay nada escrito desde hace años. Muchos. En la de dentro el corazón sigue firme y blanco. El nombre de Canelo está repasado mil veces con suavidad y respeto al temblor de la enfermedad de mi abuela. Abajo, con letra del niño que mi abuelo llora ahora, está escrito el nombre de mi abuela.

A veces repasa el trazo del corazón sin tiza, solo con el dedo. Solo. Suavemente. Con el dedo. Y mientras, sus ojos brillan como mirándola y diciéndoselo todo así, porque los niños son más de mirar que de decir.

Yo también llevo siempre una tiza. Lo sabes. En el bolsillo, o en la mochila, o en cualquier agujero de los del coche.

Hoy he pintado un corazón con tiza verde en la plaza de este pueblo en el que estoy. Es más grande que el que tenemos en la cocina y a ti no te gusta. Es mucho más grande. Tan grande que dentro he escrito en mayúsculas enormes las letras de tu nombre. Tan grande que aquí estoy, sentado dentro, mirando un rebaño de nubes que pastorea el viento hacia donde el sol duerme. Ando diciendo que te quiero. Mucho. Y lo digo sin mover siquiera los labios.


La ficción es un espacio de libertad, sin medida, sin doma, sin culpa, sin sentido. 
#Abrazosacapazos.  
Félix Albo

P.D. la semana que viene más.
P.D.1. la de la semana anterior aquí.


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